El título de este artículo es una frase que se me ha quedado grabada a fuego tras ver este recopilatorio de caídas publicado hace unos días en internet. Tengo que decir que he tardado en tener valor para verlo, porque durante mi larga vida como rider algunos compañeros han perdido la vida practicando este deporte y muchas de estas caídas me recuerdan lo rápido que algo que nos gusta y nos divierte puede convertirse en una tragedia. Yo mismo realicé una sección de caídas hace unos años y siempre es duro ver este tipo de edits.
Son muchas las alegrías y los buenos momentos que hemos pasado gracias al patinaje. Tantos, que muchas veces, de forma inevitable, se nos olvidan los malos. Creo que es algo natural en el ser humano. El cerebro nos ayuda recordándonos lo bueno para poder seguir adelante y motivarnos.
Por encima de lo extremo está la estupidez.
Pero es importante no perder la perspectiva y aplicar el sentido común. El cuerpo humano es muy frágil y el patinaje agresivo implica un riesgo para la salud, no sólo eso, es una actividad que puede ser mortal. Evitar decirlo o pensarlo no cambia el altísimo riesgo que implica este deporte que tanto amamos. En este video vemos de todo, desde simple mala suerte, pasando por una falta de preparación o control en algunas maniobras, hasta llegar a la estupidez.
Es curioso como es el ser humano. Las consecuencias de nuestros actos son como el veneno, en pequeñas dosis son apenas imperceptibles, y podemos repetir una conducta estúpida una y otra vez sin darnos cuenta, incluso defenderla. Pero si se nos da una dosis grande de realidad… la cosa cambia.
Si después de ver este video de principio a fin (os aviso que he tenido que parar cada 4 o 5 minutos para asimilar lo que estaba viendo) necesitas más motivos para ponerte el caso en CUALQUIER sesión de patinaje, por favor vuelve a verlo. Es un gesto que no cuesta, al que uno se acostumbra rápidamente y que salva vidas o lesiones permanentes.
Un cambio de mentalidad
Soy un Fruitboomer, lo reconozco, en muchas ocasiones he defendido «los viejos tiempos» como mejores. Y creo que lo seguiré haciendo durante toda mi vida, porque para ser sincero, no creo que el conjunto de cosas que se dieron desde finales de los 90 a la primera década de los 2000 vuelvan a suceder todas juntas.
Esa época sentó las bases de nuestro deporte en todos los sentidos, desde la parte de skatepark, pasando por el vert hasta llegar al street. Desde los eventos con dinero a los realizados casi por amor al arte. Desde la fabricación de los primeros patines de agresivo a la evolución necesaria en el diseño para ofrecer más seguridad, cómodidad y rendimiento.
Pero creo que a partir de ahora defenderé mi postura con algunos matices muy importantes. Seguiré sin aceptar ese argumento de de las nuevas generaciones que dice «antes había dinero» y «ahora los riders no se la juegan por no otener nada a cambio». Viendo este video decidme, ¿cuántos de estos riders estaban patinando por dinero?
Creo que lo que tiene más sentido decir sería: ¿Merece la pena arriesgarse así por dinero? Nunca, nunca merece la pena poner en riesgo tu vida por dinero. Esos riders estaban probándose a si mismos, probando los límites del deporte y eso es respetable y admirable hasta cierto punto. Pero como todo en esta vida, las consecuencias de algunos actos no se ven hasta pasado mucho tiempo.
Estamos ante una generación que ha visto cómo sus predecesores se encuentran ahora físicamente y no quieren acabar así. Han visto las consecuencias de un tipo de patinaje no quieren tener que experimentarlas en sus propios cuerpos, es lógico. Pero quieren aportar su parte en la evolución, a nivel técnico, del deporte. Y eso es muy respetable, pero una de las cosas que esta generación debería aprender de lo que hizo la anterior, y algo que los que aún quedan de esa generación anterior deberían haber aprendido ya, es lo imprescindible que debe ser el uso del casco.
Pongamos un ejemplo, muy recurrente cuando se habla de esto. Alex Broskow, es indudale de que este gran rider ha sido uno de los que más ha hecho evolucionar el patinaje. No sólo en lo referente al nivel y dificultad de los trucos, sino también (y puede que más importante aún) en la técnica y ejecución de los mismos. La perfección es inalcanzable, debe ser así, pero Broskow está muy cerca. Por cuánto ha tenido que pasar para querer evolucionar así, cuántos trucos, cuántos fallos, cuántas caidas graves…. ¿¿¿cuántas veces se ha golpeado la cabeza Alex Broskow por diossss??? Y sigue sin ponerse el casco…
No lo entiendo.
Dejadme que os diga una cosa. Sólo hace falta un golpe, uno nada más, para cambiar tu vida y la de muchísima gente de la noche a la mañana.
¿Merece la pena?
Ésta es la gran cuestión. Si les preguntas a todos los riders que, tras dejarse la piel en el intento, consiguieron realizar esos trucos, si les mereció la pena, la respuesta será siempre SÍ, o casi siempre. Es lo que tiene la adrenalina, que el subidón que provoca es tan fuerte, que te quedas con eso. Y a este Fruitboomer que escribe también le parece que haber presenciado alguno de esos trucazos también le hace sentir orgulloso el haber pertenecido a esa generación y ver cómo se destrozaban los límtes del deporte.
Ahora con varios años más, viendo las cosas con perspectiva, pienso que es una cuestión personal elegir qué tipo de patinaje quieres llevar a cabo, y está muy bien poder tener distintas alternativas, todas ellas muy respetables. Pero el sentido común y la responsabilidad debe ser común a todas las modalidades y estilos. Por ti y por los demás.
Lifestyle is Living. Use a helmet.